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EXCLUSIVO: No hay análisis de ADN en el caso de las nenas de Pozo Azul
Una consulta a los dos laboratorios a los que puede recurrir la Justicia Penal de Misiones permitió conocer el dato: “No hemos recibido muestras para analizar relacionadas con esa causa”. Cronología del caso.
Ya pasaron 50 días del ataque a las nenas de Pozo Azul y no hay resultados del ADN. La demora podría extenderse por tiempo indeterminado si se considera que ni siquiera se están analizando las muestras obtenidas durante la investigación judicial que intenta determinar si Franco Emanuel Sotelo fue el autor del rapto, ataque sexual e intento de homicidio a una niña de seis años.

DEMORA. Portada de La Voz de Misiones sobre los resultados de ADN. Fue a 10 días del ataque. Ya pasaron 50 días y nada. En la foto el principal acusado, Franco Sotelo.
Las opciones para la Justicia Penal de Misiones son concretas, pudiendo solicitar estudios complejos, como la determinación de ADN, en dos laboratorios: uno de ellos cuenta con la última tecnología, está manejado por profesionales misioneros e instalado en el Parque de la Salud, en Posadas. El otro laboratorio disponible está en el Hospital Muñiz, en el barrio de Parque Patricios, en la Ciudad de Buenos Aires.
Sin embargo, una consulta de este medio en ambas instituciones concluyeron en una misma respuesta: “No hemos recibido muestras para analizar relacionadas con esa causa”.
La investigación, a cargo del juez de San Vicente, Gerardo Casco, logró una importante recolección de pruebas durante la primera etapa de la instrucción de la causa, que incluyó la colaboración de comisarías de San Pedro, Pozo Azul, Santiago de Liniers, Eldorado y Posadas. El trabajo de coordinación entre las distintas dependencias pudiera ser la causa de la significativa demora para comenzar con los análisis de laboratorio.
Pero como si algo se encargara de entorpecer el camino hacia la verdad, otra de las pericias clave debió ser suspendida. La Cámara Gesell a la que debían ser sometidas las hermanas quedó postergada por un detalle casi insólito: “la familia de las víctimas cambió de domicilio y todavía no logramos encontrarlos”, confirmó una fuente policial de aquella zona rural.
Cronología de una hipótesis
El hilo cronológico establecido en la investigación judicial comienza el sábado 14 de abril por la mañana, en la localidad de San Pedro, donde el relato conduce a una madre y su hija de doce años, víctimas de un intento de robo en una calle céntrica, a plena luz del día. El arrebatador fue un joven muy violento que lastimó a la mujer y huyó frustrado ante el grito de la niña pidiendo auxilio.
El malhechor abandonó el lugar a bordo de un auto color blanco. Debió tomar la ruta nacional 14 y luego la ruta provincial 20, rumbo a Pozo Azul.
Allí el chacal observó a las dos hermanas caminando solas a la vera de la ruta y decidió raptarlas. La mayor de 12 años logró escapar, pero la menor, de seis, quedó cautiva en el automóvil que la llevó por la ruta provincial 17 hasta la localidad de Santiago de Liniers.
En un descampado, el depravado abusó sexualmente de la inocente de seis años y luego la golpeó en la cabeza con un objeto contundente dejándola al borde de la muerte. Habría sido alrededor de las 11 de la mañana.
La principal hipótesis en la investigación rápidamente ubicó en la zona a Franco Sotelo, quien entonces debió viajar a toda velocidad por la ruta nacional 12 hasta Posadas, atravesando media provincia con el auto ensangrentado. Poco después, alrededor de las 13 horas llegó a la casa de su ex pareja y madre de su hija, Gisela Rodríguez; sin el auto, que había dejado en el lavadero del barrio.
En los días posteriores la policía logró un testimonio clave: el operario que lavó el auto de Sotelo declaró que “estaba lleno de sangre”. A pesar de la limpieza, las pruebas preliminares con Luminol determinaron la presencia de sangre en el interior del vehículo secuestrado, y las pericias sobre el ADN deberían establecer que la sangre pertenece a la inocente de seis años que fue agredida.
Para la noche del sábado 14 de abril, testigos identificaron a Sotelo paseando en su auto por la Costanera de Posadas, junto a su expareja y la hija de ambos, de 7 años, la misma edad que ahora tiene su supuesta víctima.
Fuga de película
En el mundo del hampa todos se conocen, y con más de diez causas por robos de importantes sumas de dinero, Sotelo no era un anónimo en la unidad de investigaciones o para la brigada de inteligencia de la Policía misionera.
Por eso, el domingo 15 de abril, desde la mañana, un “operativo a discreción” situó una Renault Trafic frente a la casa donde estaba Sotelo, quien no se impacientó por la presencia de esos hombres, y recién se alteró al leer un mensaje en el celular con un aviso concreto: “están buscando a Franco Emanuel Sotelo por el abuso de…”. En ese momento comenzó la fuga y persecución dignas de una película.
El primer dato que se conoció manchó a la institución policial. El mensaje de advertencia que permitió que Sotelo saliera trepando por los techos fue enviado por un hombre de la fuerza, el suboficial Hugo Provenzal, quien al ser detenido alegó haber ganado cariño por Sotelo durante su reclusión en la comisaría primera y en su intento por inculcarle la palabra de Dios.
El policía cómplice pasó algunas semanas tras las rejas y salió en libertad tras pagar 50 mil pesos de caución.
El lunes 16 de abril, por la mañana, Franco Sotelo apareció en la parrilla “El Eucaliptal”, sobre la vieja ruta 12, en Garupá. Allí “compró una gaseosa, pero como vendemos sólo en envase de vidrio tuvimos que cargarla en uno descartable. Saludó tranquilo, pagó y se fue hacia abajo”, relató la dueña del lugar señalando hacia donde confluye el arroyo Garupá con el río Paraná, en la frontera con Candelaria.
En esa esquina siempre hay canoas y Sotelo necesitaba una. Entonces le pidió a un canoero del lugar que lo cruce a Paraguay. “Estaba vestido con saco y camisa, dijo que vino a una fiesta y sus amigos lo habían dejado, que vivía allá y necesitaba volver”, relató el baquiano, un hombre de calle y de códigos, que rápido se percató: “se notaba que venía escapando de algo, además tenía lastimada la mano derecha”, recordó.
Para la tarde de ese lunes, más de 300 policías tenían cercado a Sotelo, quien aguantó una noche más a la intemperie, en el monte que rodea a la ex Bailanta 622.
El martes 17 de abril tuvo que salir a conseguir agua y comida, y a los tiros una patrulla del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) lo persiguió por las calles terradas del asentamiento Punta Alta. Sotelo corrió malherido hasta que cayó cruzando la autovía y un camión lo atropelló.
Como para complicar algo más la investigación, se deberá establecer porqué la bala alojada en el cuerpo de Sotelo es calibre 22, distinta a las reglamentarias de 9 milímetros que utilizan los uniformados.
Un perfil que no da…
La historia delictiva de Franco Sotelo está determinada por un patrón de conducta evidenciado en su historial de atracos, todos en contra de la propiedad privada, generalmente hurtos o robos agravados por romper puertas, aunque sin enfrentamientos ni violencia física; “era un hábil ladrón”, según lo calificó su exabogado, Ricardo Rulo Rodríguez. El letrado fue el primero en cuestionar la cronología de la investigación.
“La experiencia indica que quien cometió el ataque era un violador psicopático, de una psicopatía profunda si se analizan los aberrantes detalles de la violación, no fue así nomás”, confesó Rodríguez, al tiempo que analizó: “Franco no tenía nada que ver con ese perfil. Más bien hablamos de un hombre familiero”.
Al cumplirse 50 días del brutal ataque a las nenas de Pozo Azul, los tiempos de la Justicia parecen más dilatados que en otras ocasiones, alimentando las sospechas de encubrimiento para conocer la verdad. Y es que los vínculos entre Franco Sotelo con informantes de la policía son una posibilidad que el propio Juez Casco no descarta: “Voy a ir hasta el final de esta historia”, afirmó a este medio.
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Desbaratan red de usura en Posadas: tres detenidos y 350 tarjetas incautadas
Mediante dos allanamientos simultáneos ejecutados anoche en un barrio de Itaembé Guazú en Posadas, la Policía desbarató una red de usura y detuvo a tres sospechosos, al tiempo que decomisó 350 tarjetas de débito y tres camionetas, entre otros elementos de interés para la causa.
De acuerdo a la información difundida, la pesquisa estuvo a cargo del personal de la División Investigaciones de la Unidad Regional X, en conjunto con los agentes de la Brigada de Investigaciones del Nodo de Seguridad Itaembé Guazú, quienes mediante labores encubiertas siguieron el rastro de una banda dedicada a realizar prácticas de usura y retención indebida de documentación en perjuicio de familias vulnerables.
De esta manera, con los datos reunidos con las tareas de campo, anoche solicitaron órdenes de allanamiento y con el aval de la Justicia irrumpieron en dos inmuebles ubicados en el barrio 508 Viviendas.
Allí concretaron la detención de tres sospechosos identificados como Andrés A. R. (43), Andrés B. (39) y Susana M. (43), quienes ahora se encuentran a disposición de la Justicia.
En los procedimientos además se incautaron elementos comprometedores para la banda, como ser 350 tarjetas de débito con sus respectivas contraseñas de cajero y 25 documentos nacionales de identidad que habrían sido retenidos para garantizar el cobro de préstamos con intereses exorbitantes. También se hallaron cuadernos, anotaciones y registros contables que forman parte del circuito financiero informal investigado.
No fue lo único. Los efectivos recuperaron una gran cantidad de electrodomésticos y bienes de uso cotidiano presuntamente entregados por las víctimas como forma de pago ante la imposibilidad de afrontar los intereses impuestos por los prestamistas.
Según precisaron, todos los elementos serán inventariados y puestos a disposición del Juzgado para avanzar con la identificación de damnificados y la restitución correspondiente.
Como parte del operativo también fueron secuestrados cuatro vehículos vinculados a la maniobra, entre ellos una Toyota Hilux, una Volkswagen Amarok, una Toyota SW4 y un Fiat Fiorino, todos utilizados por la organización en la actividad investigada.
Las pesquisas continúan bajo supervisión judicial para determinar si existen otros domicilios involucrados, nuevas víctimas y eventuales integrantes del circuito usurero, sin descartarse nuevas medidas en las próximas horas.

Los allanamientos fueron realizados en el barrio 508 Viviendas de Itaembé Guazú.
Cultura
Yerba Canchada vuelve para despedir el año a pura cumbia y baile en el Galpón
La agrupación posadeña Yerba Canchada vuelve al concierto antes de que termine el año y será con una fiesta el sábado 27 de diciembre en El Galpón de la murga (Pedro Méndez 2260).
El show se llama “N’el Patio”, con la idea de mixturar el ritmo afrolatino con impronta litoraleña para una fiesta popular como viene planteando la banda desde trece años.
Las entradas tienen lotes con valores anticipados al 3764652874 : el Lote 1 tiene un costo de $15.000 o 2 por $28.000 hasta el 12 de diciembre. Luego se habilitará el Lote 2 a $18.000 o 2 por $35.000 hasta el 26 de diciembre. Finalmente, el costo en puerta será de $20.000.
En esta edición especial, la fiesta contará con la presencia de D Cerro DJ. Habrá una puesta visual, especialmente diseñada para acompañar el clima veraniego que propone el concepto del concierto.
Yerba Canchada publicó hasta el momento solo el disco “Juira los Argeles” (2016), bajo el auspicio del Instituto Nacional de Música (Inamu) y contiene diez canciones de 33 minutos en total, con éxitos propios como “Barro Ñaú”, “Caña de limón” o “La Kambá”.
El grupo está integrado por Matías Juañuk en voz y guitarra criolla, Maxi Juañuk en guitarra eléctrica y coros, Micho Acuña en el bajo y coros, Valeria Berend en acordeón, Leandro Yahni en teclados y los percusionistas Mauricio Ovando, Omar Gauna, Matías Dutra y Jerónimo Brítez.
Judiciales
Comenzó el segundo día de juicio a Mónica Gurina y Leandro Sánchez
El debate oral contra los docentes y dirigentes sindicales Mónica Gurina y Leandro Sánchez se reanudó está mañana en el SUM del Palacio de Justicia.
Previo al inicio, se conocio un pedido de la fiscal María Laura Álvarez, quién planteó que la audiencia de hoy se realice a puertas cerradas, solo con la presencia de las partes y los medios acreditados.
En sus argumentos, expuso que se sintió “coaccionada, intimidada y acosada” por el público que acompañaba a los docentes enjuiciados.
En el escrito sostuvo que en sus 13 años de trayectoria jamás experimento algo similar y recordó que la magistrada Marcela Leiva en varias oportunidades debió realizar llamados de atención a los asistentes para obtener el silencio adecuado en la sala.
La defensa, encabezada por el equipo legal integrado por los letrados Eduardo Paredes, Roxana Rivas y María Laura Alvarenga, se opuso al pedido.
La magistrada Leiva, presidenta del tribunal unipersonal encargada de dirigir el proceso, no dió lugar al pedido y aceptó el ingreso del público, aunque reiteró las normas de comportamiento.
Para este miércoles se prevé la declaración de al menos seis testigos, entre comerciantes y agentes policiales, principalmente.
Para hoy también está programado que se realice la ronda de alegatos y al culminar se decidirá el momento del dictado de sentencia.
Gurina y Sánchez en juicio: “Ir al acampe fue colectivo y asambleario”
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