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Volvían de jugar en la plaza, un borracho los atropelló y provocó una tragedia

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MENDOZA. Carla Pagliaricci (40) y sus dos pequeños hijos, Abril (3) y Agustín (7), volvían de la plaza a donde habían ido a jugar. La mamá los llevaba de la mano cuando estaban por cruzar la avenida costanera de Mendoza. Hacía un año que por problemas económicos, se habían mudado de la localidad bonaerense de Vicente López a Guaymallén, en el Gran Mendoza.

Era las 7 de la tarde del viernes 14 de noviembre. En un segundo, un asesino al volante arruinó la vida de una familia para siempre. Un conductor alcoholizado y en contramano, chocó contra un Ford Fairlan y una camioneta Ranger, y el auto viejo terminó sobre la vereda atropellando a la familia. Agustín quedó debajo del auto y murió a las pocas horas en el hospital.

Abril está muy grave en terapia intensiva, inestable, y la mamá –que pidió el alta voluntaria para acompañar a su nena- tiene múltiples fracturas y será operada en los próximos días.

Agustín era un nene feliz. Vivía en la casa de su abuela María en Mendoza, donde iba a la escuela Estrada y se destacaba por sus buenas notas. Era fanático hincha de River como su tío Diego. “¡Te amo, sos el mejor tío del mundo!”. Fue el último mensaje que le mandó por Whatsapp, el día del triunfo de la Copa Libertadores, a Diego, que ahora lo llora desconsolado en el hospital Notti de Mendoza.

La familia permanece en una vigilia interminable esperando el milagro de la recuperación de Abril. Por el pasillo avanza Carla, en silla de ruedas y con una pierna enyesada. A su lado su marido Miguel Kruk (54), el papá de los chicos, que tiene los ojos rojos de tanto llorar. Viajó desde Buenos Aires, donde trabaja, apenas le avisaron del accidente.

“Siento un vacío enorme. Perdí a Agustín y lo único que pido es que no vaya a ser una muerte en vano. Que el fiscal no deje sueltos a los asesinos que salieron a matar al volante”, dice Carla, la mamá, a Clarín.

El fiscal Fernando Giunta imputó por homicidio culposo agravado a los tres conductores, pero los abogados defensores- los ex funcionarios Fernando Armagnague y Antonio Carrizo- han pedido la excarcelación de los responsables del accidente. “Lo único que les pido que no me abandonen, que el fiscal no deje libre a estas basuras que mataron a mi hijo. Estaba lleno de vida y lo tuve que ir a reconocer a la morgue”, implora el papá.

El accidente ocurrió en el cruce de la Costanera y Matienzo cuando un VW Gol que ingresó en contramano y chocó contra la camioneta y el Fairlane, provocó la tragedia. El auto antiguo dio un trompo y terminó arriba de la vereda, atropelló a la familia que estaba esperando cruzar. La policía constató que el conductor del Gol iba alcoholizado.

Carla ayer declaró ante el fiscal en el hospital, dice que solo recuerda que volvían de la plaza. La abuela María les avisó que ya estaba lista la leche de los chicos y por eso regresaron. “Veníamos cantando. La nena en su triciclo y Agustín a mi lado. Los puse cerca de mí porque la vereda es muy estrecha. Sólo recuerdo que vi doblar a un camión y después desperté en un hospital preguntando por mis hijos”, dice la mamá.

La familia no encuentra consuelo. Ni los rezos, ni las muestras de afecto de los vecinos, maestras y amigos de los chicos que se acercan para solidarizarse pueden calmar tanto dolor. El día del accidente, Agustín llevaba puesto en su cuello un rosario. Esa mañana le había pedido a la abuela María que lo llevara a la iglesia de Santo Domingo para bendecir el rosario. Junto al pesebre y sonriendo, pidió que le tomaran un foto. Es la última imagen que la familia conserva de Agustín.

Policiales

Joven embarazada denunció explotación sexual y detienen a su tía en Guaraní

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Joven embarazada denunció explotación sexual y detienen a su tía en Guaraní

Una joven de 18 años fue rescatada en Guaraní luego de denunciar ante la Policía de Misiones que, desde hace más de tres años, era obligada por su tía a mantener relaciones sexuales con distintos hombres a cambio de dinero y mercaderías. La responsable, una mujer de 27 años, quedó detenida y a disposición de la Justicia.

La investigación comenzó el último martes, a raíz del testimonio de la víctima, quien se presentó en la comisaría local y reveló una situación de abuso sistemático que comenzó en diciembre de 2021, a sus 14 años, cuando se mudó a la casa de su tía.

Según relató a los uniformados, su tía organizaba los encuentros por teléfono, coordinando traslados y horarios con distintos hombres. Al regresar, la joven debía entregarle todo lo recibido.

La denunciante también contó que vivía bajo amenazas constantes de que si no accedía a los pedidos, la echaría de la vivienda. Con el tiempo, la situación se volvió insostenible y la joven terminó embarazada, hecho que también denunció en la dependencia.

Tras la denuncia, se dio intervención inmediata la Justicia, que ordenó medidas urgentes. Esa misma noche, la comisaría de Guaraní, de la Mujer y la División Cibercrimen llevaron adelante un operativo en una vivienda de Villa Somer, donde fue detenida la sospechosa, identificada como Pamela (27).

En el procedimiento se incautó un teléfono celular que sería clave para reconstruir cómo se organizaban los encuentros y quiénes habrían participado. Por lo cual, el dispositivo será sometido a pericias digitales en el marco de la causa por explotación sexual.

La víctima, por su parte, quedó bajo acompañamiento del Gabinete Interdisciplinario de la Policía de Misiones, que interviene con profesionales de psicología y psicopedagogía para garantizar su contención y asistencia integral.

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Viuda de Guirula tras el fallo: “Pensé que ya no íbamos a tener justicia”

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La última audiencia del juicio por la muerte de Carlos Guirula, marcada por la última palabra de los acusados y la sentencia, fue seguida de cerca por la familia de víctima, principalmente de su esposa, sus hijos y su hermana, quienes destacaron el fallo como “el cierre” de una dolorosa etapa que duró once años.

“En general conforme, pero más que nada por mis hijos. Para ellos es importante tener un cierre, saber que se hizo un poco de justicia después de tantos años. Ellos hoy son chicos felices, libres de toda bronca, porque así lo quise yo, de protegerlos todos estos años”, expresó Nora Acosta, viuda de Guirula, en conversación con La Voz de Misiones en los pasillos del Tribunal Penal Dos de Posadas, antes de salir al encuentro de sus hijos, que la esperaban con un abrazo grupo fuera del recinto.

Hijos y más familiares de Guirula a los abrazos fuera del tribunal.

Yo pensé que ya no íbamos a tener justicia, que esto ya no salía. Pero esto es un cierre para ellos. Ahora veremos qué hacemos y cómo seguimos, pero lo bueno es que no quedó en vano”, añadió.

Para Nora los pedidos de disculpa de los acusados no fueron del todo sinceros, mucho menos suficientes. “Esperar once años para solo decir ‘lo sentimos’”, apuntó y agregó que “solo me llegó la palabra de Da Silva, a él si lo sentí muy sincero”.

Si bien se mostró conforme con el fallo, admitió que le hubiese gustado una pena más alta para los otros imputados. “Nuestro día del padre es ir al cementerio hace once años. Es dolorosísimo, pero repito: es bueno saber que esto no quedó en vano”.

“Clemencia” y “disculpas”: la palabra de los condenados por el caso Guirula

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“Clemencia” y “disculpas”: la palabra de los condenados por el caso Guirula

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Más de once años pasaron del día en que el albañil Carlos Raúl Guirula (34) fue a un motel de Posadas y tras unos disturbios acabó muerto, con un edema cerebral, nueve costillas rotas y un pulmón perforado. La Justicia hoy determinó que ese desenlace mortal fue consecuencia de los pisotones y las patadas de los borceguíes policiales que calzaban Lourdes Beatriz Tabarez (42) y Ricardo Rafael Escobar (42), quienes recibieron una pena de prisión de perpetua por el delito de “tortura agravada seguida de muerte”.

La sentencia fue impartida por el Tribunal Penal de Dos de Posadas, que además condenó a 4 años de prisión por omisión a los ex policías Lucas Nahuel Saravia Allosa (37) y Carlos Alberto Da Silva (34) y absolvió por el beneficio de la duda del mismo delito a los también ex uniformados y Carlos Alberto Zidorak (37) y Claudio Marcelo Servián. Los cuatro quedaron en libertad apenas culminó la lectura del fallo. 

Previo al veredicto, todos ellos hicieron uso de sus últimas palabras y la primera en hablar fue Tabarez, quien pidió disculpas a la familia de la víctima y solicitó clemencia al tribunal.

Tabarez se había mantenido en silencio durante las diez audiencias previas que se desarrollaron en el marco del debate oral. Soportó las incriminaciones de sus consortes de causa y aguantó las acusaciones del fiscal Vladimir Glinka, que en su alegato la señaló como quien pisó la cabeza y pateó en las costillas a Guirula estando esposado en el suelo del motel.

Esta mañana, en su última oportunidad para hablar, hizo uso de su derecho. “Esto fue una tragedia y pido disculpas a toda la familia. No va a volver a la vida su hijo, no va a volver a la vida nadie, tampoco nosotros. Todos tenemos una familia atrás nuestro. Mi corazón se va a salir del pecho porque entre hoy y mañana va a volver a cambiar nuestras vidas para peor, si así lo decide la Justicia”, comenzó.

Luego hizo un breve repaso de su vida, describiendo que tiene una hija, que es la mayor de siete hermanos y que proviene de una familia humilde, con padre albañil y madre ama de casa, que le “inculcó valores y buenas costumbres”.

“Las palabras de mi papá me resuenan en la cabeza: Lourdes sos el ejemplo y el espejo de tus hermanos. Pido clemencia, pido justicia por mí, por mi familia, por cada uno de nosotros. Se nos dio esta comisión y yo simplemente fui a cumplir mi trabajo. La situación que se dio fue una tragedia para todos”, lanzó antes de volver a su lugar, apoderada por las lágrimas.

En segundo término habló Escobar, a quien el fiscal acusó de dar patadas, pisar e “ir saltando” sobre la espalda de Guirula durante el traslado del detenido desde el motel hacia la comisaría Decimotercera, donde llegó muerto.

Quería pedir disculpa a los familiares, quiero que sepan nosotros nunca tuvimos esa intención. Pido disculpas, sé lo que es perder un hijo. Nunca tuve antecedentes de ser agresivo, ni de golpear a nadie. Espero que esto nos de tranquilidad a todos, ya sea para bien o para mal, así lo decida el Tribunal. Que sea lo justo para todos. Que se termine todo y podamos estar en paz”, resumió.

Ricardo Escobar pidió disculpas en sus últimas palabras. Más tarde fue condenado a prisión perpetua.

Más disculpas

En mismo sentido se expresó Allosa, quien enfrentaba un pedido de 7 años de prisión por “vejaciones” y “omisión”, aunque finalmente recibió 4 y como estuvo ese mismo plazo privado de su libertad en prisión preventiva esquivó un segundo paso por la cárcel.

“Pido disculpas a la familia, yo sé que fue un sufrimiento para ellos estos once años. Para nosotros también y para nuestras familias. Estuvimos pendiente todos estos años para tratar de que esto se resuelva. Ha llegado el día. Si esa noche podía haber hecho algo más, lo siento por no haberlo hecho”, fueron sus palabras.

El siguiente fue Zidorak, que resultó absuelto. “Es un hecho lamentable lo que ha ocurrido. Son muchos años esperando. Obviamente nadie pensó lo que iba a pasar. Pedir disculpas a la familia”, había expresado antes del veredicto.

Servian, que también fue absuelto, expresó el mismo sentimiento. “Desde lo más profundo del corazón, mío y de todos, estamos arrepentidos de lo que pasó. Obviamente no va a devolver la vida, pero nosotros también somos conscientes de lo que pasó y que cada uno reciba lo que le corresponde, por su participación y su responsabilidad. Que se haga justicia”.

Allosa fue condenado a 4 años de prisión pero quedó libre por el tiempo que ya estuvo con preventiva.

El último en hablar fue Da Silva, uno de los primeros en declarar y señalar tanto a Tabarez como a Escobar por las agresiones contra la víctima, testimonio que fue valorado como prueba importante por la fiscalía.

“Realmente fue un hecho lamentable. Quiero pedir perdón de corazón a la familia, sé que hay una madre que se quedó sin un hijo, una hermana sin hermano, un niño sin padre. Realmente nos sentimos muy apenados por esa tragedia. Lamento no haber hecho más. Sé que no vamos a traer a la vida al señor Guirula, pero se puede hacer justicia. Creo que quedó demasiado claro lo que pasó esa noche y que tenemos ciertos grados de responsabilidades. Que se haga justicia”, pidió.

El tribunal presidido por Gregorio Busse e integrado por Fernando Verón y Miguel Mattos luego pasó a deliberar y tras más de una hora en reunión secreta regresaron con el fallo que condenó a dos ex policías a la pena de prisión perpetua, el equivalente a 35 años de encierro efectivo. 

Servian -a la izquierda- y Zidorak -en el centro- fueron absueltos.

 

Tabarez y Escobar fueron condenados a prisión perpetua por el caso Guirula

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