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Pastor de Garupá que atacó a joven: “Le di un solo cabezazo y no tengo arma”

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Tras la denuncia del joven Javier Ponce, el pastor que lo agredió la noche del último domingo en Garupá, Carlos Zárate, dio su versión de los hechos.

En la vereda de la Jefatura de Policía, ubicada sobre la calle Buenos Aires de Posadas, el religioso dialogó en vivo con La Voz de Misiones y aseguró que “le di un cabezazo en defensa propia”.

Además, aclaró que “soy suboficial retirado de la Prefectura, con 40 años de una trayectoria intachable, y no tengo armas”, dijo, en referencia a la acusación por parte del feligrés que ayer lo denunció públicamente y en la comisaría Quinta.

El pastor Zárate sostuvo que “en el 2020 esta persona robó en nuestra iglesia, violentó la casa de Dios”, recordó y siguió: “Como pastores, no le hicimos nada, oramos por él, lo perdonamos y le dimos una nueva oportunidad”.

El religioso, además, se refirió a los hechos del último domingo y relató que “estaba finalizando el servicio del culto y mi hijo estaba en el hall de la iglesia y esta persona -por Javier Ponce- entró en un estado muy excitado, como para agredir a uno de los hermanos, que no le hizo caso”.

“Entonces salió enfurecido y se agarró con mi hijo de 13 años, lo zamarreó, lo agarró del brazo y lo lastimó”, continuó el pastor, quien hace cinco años lidera la iglesia Vida en Jesús, del barrio Don Santiago.

De acuerdo a su versión, Zárate se enteró de lo sucedido tras volver de cenar con su familia, “entonces a la 1 de la mañana le mandé un mensaje y le dije que no se lastima así a nadie, que si tenía un problema lo arregle conmigo”.

“A partir de ese mensaje me empezó a insultar y amenazar, tengo todos los audios”, los cuales ofreció esta mañana a la Policía, al denunciar el hecho en Cibercrimen.

El ex prefecturiano adujo que, como Ponce se encontraba bajo los efectos de estupefacientes y dado sus antecendentes, “pensé que podía ir a robar, entonces le dije al hermano Rubén Balmaceda que vaya a dormir a la iglesia”.

En ese momento, “salí a la Avenida de las Américas, y vi que Javier y otro chico, que se llama Nicolás Romero, tenían una botella cortada de vidrio y se me vienen encima”.

Siempre según los dichos del religioso, Javier “tenía una mochila adelante y tenía la mano adentro, no sé qué podía sacar, pero hizo contacto queriéndome agarrar y ahí es donde reacciono y le doy un cabezazo para sacármelo de encima”.

“No le hice nada, me defendí, mis manos están hechas para hacer el bien”, dijo al deslindar su responsabilidad en el hecho.

Respecto de su supuesto pasado delictivo, Zárate manifestó que “jamás estuve en ningún tipo de vínculo mafioso, como decía Javier”, expresó e insistió: “No tengo armas, ni alfiler tengo, ni a mi hijo lo dejo usar armas de juguete”.

“Yo lo perdono, Dios todo lo ve y todo lo sabe, es algo que tenemos que entender, yo lo bendigo”, dijo el pastor para finalizar.

Judiciales

La defensa pidió la absolución y hay cuarto intermedio hasta sentencia

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Tras el pedido de absolución planteado por la defensa, los docentes y dirigentes sindicales Mónica Gurina y Leandro Sánchez hicieron uso de sus últimas palabras antes del cuarto intermedio para deliberar la sentencia por parte de la magistrada Marcela Leiva.

Sánchez, visiblemente emocionado y hasta con un cuadro de suba de presión, reinvindicó el derecho a protesta e insistió en el carácter asambleario de todas las decisiones tomadas durante la protesta del año pasado. “No tenemos liderazgos, tenemos asambleas en las plazas“, señaló.

Y afirmó: “No somos el diablo. Somos ciudadanos insurrectos, que no soportan la injusticia y no se resignan a ser maestros sin casa”.

A lo que agregó: “Si nos condenan, van a condenar la protesta social. Sentarán un precedente para el país y se llenarán las cárceles de maestros y trabajadores”

Gurina también se expresó brevemente y adhirió a las palabras de su colega.

Luego, la jueza Leiva dispuso un cuarto intermedio por tiempo indeterminado para deliberar y dictar sentencia.
Minutos antes, la fiscal María Laura Álvarez había solicitado penas de 1 años y 10 meses de prisión en suspenso para los imputados, siendo el mayor pedido contra Gurina.

La fiscalía pidió condenas contra Mónica Gurina y Leandro Sánchez

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La fiscalía pidió condenas contra Mónica Gurina y Leandro Sánchez

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La fiscal María Laura Álvarez solicitó 1 año de prisión para Mónica Gurina y 10 meses de prisión para Leandro Sánchez.

El cumplimiento de la pena es en suspenso, es decir, que no implica ir a la cárcel y también contempla la realización de tareas comunitarias.

Para la fiscalía, ambos fueron coautores de los delitos de “desobediencia judicial” y “entorpecimiento del normal funcionamiento de los medios de transporte”, misma imputación bajo la cual llegaron a juicio oral.

Alvarez argumentó que el mayor pedido de pena fue para Gurina porque “tenía un plus en la ejecución” de las acciones enmarcadas en la protesta y el acampe docente desarrollado entre mayo y junio de 2024.

En su alegato, la fiscal remarcó los perjuicios económicos sufridos por los comerciantes de la avenida Uruguay y el entorpecimiento del transporte.

“Nadie está en contra del derecho a la protesta, pero la Corte dijo que no hay ningún derecho absoluto”, expresó Álvarez.

A continuación es el turno de alegar a la defensa de los docentes imputados y más tarde la jueza Marcela Leiva dictaría sentencia.

Comenzó el segundo día de juicio a Mónica Gurina y Leandro Sánchez

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Comenzó el segundo día de juicio a Mónica Gurina y Leandro Sánchez

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El debate oral contra los docentes y dirigentes sindicales Mónica Gurina y Leandro Sánchez se reanudó está mañana en el SUM del Palacio de Justicia.

Previo al inicio, se conocio un pedido de la fiscal María Laura Álvarez, quién planteó que la audiencia de hoy se realice a puertas cerradas, solo con la presencia de las partes y los medios acreditados.

En sus argumentos, expuso que se sintió “coaccionada, intimidada y acosada” por el público que acompañaba a los docentes enjuiciados.

En el escrito sostuvo que en sus 13 años de trayectoria jamás experimento algo similar y recordó que la magistrada Marcela Leiva en varias oportunidades debió realizar llamados de atención a los asistentes para obtener el silencio adecuado en la sala.

La defensa, encabezada por el equipo legal integrado por los letrados Eduardo Paredes, Roxana Rivas y María Laura Alvarenga, se opuso al pedido.

La magistrada Leiva, presidenta del tribunal unipersonal encargada de dirigir el proceso, no dió lugar al pedido y aceptó el ingreso del público, aunque reiteró las normas de comportamiento.

Para este miércoles se prevé la declaración de al menos seis testigos, entre comerciantes y agentes policiales, principalmente.

Para hoy también está programado que se realice la ronda de alegatos y al culminar se decidirá el momento del dictado de sentencia.

Gurina y Sánchez en juicio: “Ir al acampe fue colectivo y asambleario”

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