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Policiales

Falleció la joven apuñalada por una adolescente en el barrio La Olla

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Esta mañana falleció Liz Alexandra De Jesús (21), una joven que desde el domingo se encontraba internada en grave estado como consecuencia de una puñalada recibida en el pecho durante un cruce de acusaciones por el incendio de una casilla en el barrio La Olla de Posadas.

El hecho de violencia se registró el domingo a la madrugada, después de las 3, cuando la joven caminaba por el barrio hasta que fue interceptada y apuñalada por otra vecina de la zona.

Según los datos recabados, De Jesús fue atacada en venganza por el incendio de una precaria vivienda de madera que se había desatado minutos antes, siniestro por el cual había sido señalada como la responsable.

En el caso intervino el personal de la comisaría Decimoquinta, que gestionó el traslado urgente de la mujer herida hacia el hospital Madariaga, donde ingresó con una lesión punzocortante en el tórax.

Durante sus primeras horas de internación la muchacha fue intervenida quirúrgicamente y quedó hospitalizada recibiendo las curaciones pertinentes, pero su cuadro se tornó irreversible. Su deceso se produjo este martes a la mañana.

La sospechosa del ataque se trata de una adolescente de 17 años, quien ese mismo domingo fue demorada por la Policía y quedó alojada en el Cemoas.

La joven se encuentra a disposición del Juzgado Correccional y de Menores Dos de Posadas, a cargo del magistrado César Raúl Jiménez, que ahora deberá definir los próximos pasos a seguir.

Policiales

Cayó la banda de Gringo: ocho detenidos por cobrar peaje en Eldorado

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Mediante un operativo de prevención, la División Comando Radioeléctrico Zona Oeste de la Unidad Regional III detuvo anoche a ocho hombres que presuntamente cobraban peajes ilegales a transeúntes y automovilistas en el kilómetro 4 de Eldorado.

Según constan fuentes policiales, el procedimiento se realizó alrededor de las 21.15, cuando los efectivos patrullaban la calle Triunvirato y detectaron a los sospechosos ocultos entre malezas. 

Al ser interceptados, ninguno pudo justificar su presencia ni portaba documentación. Finalmente, un alerta al 911 fue crucial para dar con los malvivientes que “molestaban a los vecinos de la zona” y estarían vinculados a otros ilícitos en distintos barrios de la ciudad.

Luego de ser trasladados a la comisaría Segunda, los capturados fueron identificados como Iván K. (31), alias “Gringo”; Mauricio F. (25); Elías G. (26); Reinaldo  S. (27), Alberto M. (22), Yoel S. (22), también conocido como “Gringo”, Claudio “Cholo” G. (30) y Luis C. (18), quienes en su mayoría poseen antecedentes y algunos eran conocidos por integrar la banda conocida como “Gingo”.

Todos quedaron a disposición de la Justicia, mientras que las autoridades continúan investigando su posible participación en robos contra la propiedad registrados en la zona.

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Policiales

La mujer que sobrevivió a la masacre del barrio San Lorenzo está embarazada

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masacre san lorenzo

Los dos sobrevivientes de la matanza descubierta esta mañana en el barrio San Lorenzo de Posadas continúan internados, aunque se encuentran “fuera de peligro”, confió un vocero del caso, quien además confirmó que la mujer presenta un embarazo de once semanas.

“Fueron tres las vidas que se salvaron”, precisó la fuente consultada por La Voz de Misiones al confirmar que tanto Paula Vieira (45) como su hermano Hugo Ríos (43) evolucionan favorablemente de las lesiones cortantes que sufrieron en el cuello y en la cabeza, al tiempo que también reveló que los médicos constataron que la mujer se encuentra en la semana once de gestación.

Independientemente de ello, describieron que la víctima se encuentra en un estado de shock absoluto, por lo que habrá que aguardar su proceso de recuperación para que pueda brindar un testimonio sobre lo sucedido.

Su hermano, en tanto, también sigue internado, recuperándose de las heridas. El hombre presenta un cuadro de discapacidad que le impide comunicarse mediante el habla.

Mientras tanto, los investigadores continúan recabando información y uniendo piezas para reconstruir lo sucedido dentro de la denominada casa del horror, sobre calle Cedro, casi calle 57 del barrio San Lorenzo de Posadas.

Cibercrimen, Científica, Homicidios y la comisaría Octava trabajaron en la casa del horror.

Degollados

Por el momento no hay mayores dudas respecto respecto a que el autor de la masacre se trató del dueño de casa, un obrero de la construcción identificado como José Ricardo Ferryra (47), quien hace aproximadamente dos décadas residía en ese inmueble junto a su familia. 

El hombre se desempeñaba como capataz en una conocida empresa posadeña, donde en los últimos meses comenzó a sufrir retrasos en el pago de su salario

Sus compañeros de trabajo lo llamaban “Fantasma” y sus parientes lo describieron como “muy trabajador”, “callado”, “serio” y “celoso” con su esposa.

La reconstrucción del caso indica que el Ferreyra asesinó machetazos “directos a degollar” a su hija Evelyn, de 13 años, y a su hijo Mariano, de 21, aunque parecía mucho menor debido al cuadro de discapacidad severa que presentaba, lo que lo obligaba a permanecer postrado en un cama.

El asesino atacó de la misma forma tanto a su esposa como a su cuñado y también los dio por muertos. Tras culminar la faena, acomodó el cuerpo de su mujer y los cadáveres de sus hijos en uno de los ambientes de la vivienda, colocó una escalera y se ahorcó pendiendo de una soga atada un tirante. Más atrás, en una habitación del fondo, la otra víctima. 

Con esa escena se encontró esta mañana la Policía cuando irrumpió en el lugar a pedido de la hermana del ahora sindicado homicida, quien desde el sábado a la mañana no tenía noticias de su cuñada, ni de sus sobrinos.

“Yo llamé al 911 esta mañana. Estaba decidida a que venga la Policía y tumbe la puerta si era necesario. Mi hermano no aparecía por ningún lado y mi cuñada tampoco. No tenía respuestas a ningún mensaje. Nunca me pensé que iba a pasar lo que pasó”, contó Julia Ferreyra, quien además señaló que la pareja atravesaba un proceso de separación y había “maltrato psicológico” de parte del hombre hacia Vieira.

Los datos recolectados señalan que Vieira fue vista por última vez el sábado a la mañana, cuando se cruzó con su cuñada Julia por las calles del barrio. El obrero Ferreyra, en tanto, estuvo esa misma noche en la casa su mamá y tras despedirse de allí perdió contacto con todos.

A partir de esto, se cree que la masacre pudo haber ocurrido ese sábado, aunque resta determinar a qué hora. “Cuando la Policía entró a la casa se encontró con la mujer tendida junto a los otros dos cadáveres. Estaba completamente en shock, paralizada, no emitió ninguna palabra. No sabemos cuánto tiempo pudo haber permanecido así”, graficó el vocero consultado por LVM.

Sangre oxidada

Los expertos en criminalística que relevaron la escena constataron que la sangre esparcida por la casa ya presentaba signos de “oxidación”, lo que indicaría un tiempo cercano a las 24 horas en esas condiciones.

En el lugar no se advirtieron mayores señales de defensa o de alguna pelea, ante lo cual se cree que los ataques fueron directos, precisos, efectuados sin resistencia. Tampoco hay pistas que abonen la teoría de la participación de un sospechoso diferente a Ferreyra, aunque los investigadores continuarán recabando información hasta esclarecer por completo lo sucedido.

Las fuentes además indicaron que en la billetera del hombre se encontró un papel escrito que decía “perdonen” y “los amo mucho”, elemento que ya fue remitido a los peritos especializados en caligrafía.

En el caso interviene el Juzgado de Instrucción Seis de Posadas, a cargo del magistrado Ricardo Balor, y la Fiscalía de Instrucción Seis, a cargo del fiscal René Casals.

En el lugar trabajó el personal de la comisaría Octava, de la Científica, de Cibercrimen y de Homicidios.

Masacre en barrio San Lorenzo: “Solo una bestia es capaz de hacer eso”

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Judiciales

Piden reconocer el crimen de Carlos Tereszecuk como de lesa humanidad

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Carlos Tereszecuk

La Fiscalía Federal de Resistencia solicitó que se dicte una sentencia por el derecho a la verdad en el caso del militante misionero Carlos Enrique Tereszecuk, detenido, torturado, asesinado y desaparecido en noviembre de 1976, tras su paso como preso político en la Jefatura de la Policía chaqueña.

El pedido fue formulado por el fiscal ad hoc de Derechos Humanos Diego Vigay a la jueza federal Zunilda Niremperger, con el objetivo de que se reconstruya lo sucedido y que se establezca que el misionero fue ultimado por razones políticas, declarándolo así víctima de un crimen de lesa humanidad en el marco de las acciones de terrorismo de Estado perpetrado por el régimen militar que llevó adelante un gobierno de facto en el país entre 1976 y 1983.

El requerimiento se da a raíz del fallecimiento de los máximos responsables de la Jefatura de Policía del Chaco en 1976, los comisarios Carlos Thomas, Wenceslao Ceniquel y Lucio Humberto Caballero, y ante la imposibilidad de avanzar con la identificación de otros responsables del secuestro y la desaparición de Tereszecuk, cuyos restos recién fueron identificados en 2018 gracias a un trabajo del prestigioso Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).

Los familiares de Tereszecuk acompañaron el planteo al considerar que un pronunciamiento de este tipo garantiza el derecho a la verdad con un sentido de reparación y contribuye a la reconstrucción de la memoria histórica de la sociedad.

Tereszecuk -al medio- junto a otros militantes misioneros.

Detenido, torturado, asesinado y desaparecido

Para la fiscalía, las pruebas recolectadas permiten reconstruir que el misionero fue secuestrado en los primeros días de noviembre de 1976 y posteriormente fue llevado a la Jefatura de la Policía de Resistencia, donde fue alojado en un primer piso acondicionado como Centro Clandestino de Detención, que estaba dirigido de manera conjunta entre la fuerza provincial y el Ejército Argentino.

Tereszecuk fue visto en ese lugar en pésimas condiciones de salud como consecuencia de las graves y diversas torturas padecidas. Su deterioro físico era tal que, según los testimonios recogidos, ya ni podía mantenerse en pie y necesitó ayuda hasta para bañarse. 

En la segunda semana de noviembre finalmente fue asesinado y arrojado al río Paraná. Sus restos fueron encontrados días después en la costa de Empedrado y el misionero fue sepultado como NN en el cementerio local.

Los investigadores entienden que entonces que el caso Tereszecuk “su secuestro, tortura y homicidio se produjo en un contexto de persecución generalizada y sistemática por razones ideológicas, dirigida contra la población, y que tenía como objetivo la detención y exterminio de todo aquel que encuadrara en lo que se etiquetaba como opositores al régimen”.

El pronunciamiento requerido también solicita que la Justicia declare al arrojamiento de cuerpos al río Paraná como una maniobra sistemática, respondiendo a un patrón común de ejecuciones por parte de las fuerzas armadas durante la dictadura.

“Cuerpos desnudos, atados con alambres en manos y pies, con disparos de ejecución en el pecho o el cráneo, con la yema de los dedos cortados para obstaculizar su individualización y con un corte importante en el abdomen para intentar que no flotaran”, reconstruye la fiscalía.

Sus restos fueron identificados en 2018 gracias al trabajo del EAAF.

Carlos Tereszecuk

Carlos Enrique Tereszecuk nació en Posadas en 1952. Estudió para ser sacerdote en el Seminario de Fátima de Córdoba, pero abandonó la carrera. 

Luego tuvo una activa militancia estudiantil y política, siendo elegido en 1974 vicepresidente del Centro de Estudiantes de la Escuela de Servicio Social de la Universidad Nacional de Misiones y en 1975 participó de la campaña electoral del Partido Auténtico, pasando a ser secretario de los diputados provinciales electos Juan Figueredo y Pablo Fernández Long.

Como secretario legislativo realizó un gran trabajo con representantes de gremios, comisiones barriales, colonos, tareferos, trabajadoras de casas particulares, siendo el autor de diversos proyectos de ley de protección de sus derechos.

En 1975 un operativo de efectivos de civil intentó secuestrarlo en la Cámara de Diputados, pero pudo escapar, debiendo pasar a la clandestinidad. 

En 1976 se refugió en Corrientes, siendo visto finalmente como detenido político y muy torturado en la Jefatura de Policía de Resistencia Chaco.

Con la vuelta de la democracia su hermano Norberto Tereszecuk realizó la denuncia en la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) y ante el Juzgado Federal de Resistencia.

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