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Cura trasladado a Iguazú, denunciado por abuso de menores en La Plata

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Se trata de Raúl Sidders, quien actualmente vive en la Diócesis de la Ciudad de las Cataratas, a la espera de un nombramiento en Gendarmería.

 

En una denuncia penal realizada ayer se acusa al cura Raúl Anatolly Sidders “como autor material de abuso sexual agravado por haber sido cometido contra una menor de 13 años aprovechando la situación de guía espiritual como sacerdote y docente”, según se detalla en la presentación ante el Juzgado de Garantías 2 de ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires.

El religioso acusado por ex alumnos del colegio San Vicente de Paul de la ciudad de las diagonales llegó a Misiones a principios del mes de mayo, en medio de la pandemia, y se alojó en la sede de la Diócesis de Puerto Iguazú junto al obispo local, Nicolás Baisi.

Según se detalló en la sección Comunicaciones Diocesanas de la página web obispadocastrenseargentina.org; Sidders, que tiene el rango de Presbítero: “Cesará como Capellán de la Base Aeronaval “Punta Indio”. Se traslada a la Diócesis de Puerto Iguazú donde prestará servicios como Capellán de Gendarmería Nacional”.

Sin embargo, el nombramiento nunca se concretó y el religioso denunciado continúa a la espera de asumir la función designada. Fuentes del Escuadrón XIII Gendarmería Nacional consultadas por LVM aseguraron que Sidders todavía no está vinculado a la fuerza federal.

Primera denuncia

Los primeros en alertar sobre la existencia de víctimas de abusos del cura Raúl Sidders fueron del periódico PrensaObrera.org, que bajo el título “Relatos de exalumnos sobre un sacerdote abusador…” recogieron aberrantes testimonios de quienes fueron sus alumnos y se animaron a contar lo que pasó a partir del año 2002, cuando Sidders llegó al colegio San Vicente de Paul de La Plata.

Aunque sin una denuncia judicial para sostener la acusación, la noticia generó cierto revuelo hasta que ayer la abogada Pía Garralda hizo la presentación como representante legal de la primera víctima que se animó a acusar formalmente. Se trata de una mujer cuyos datos permanecen en el anonimato para preservarse, pero se sabe que hoy tiene 26 años y que los abusos que relata datan de cuando tenía 12 años.

“Esta es la primera denuncia formal, pero estamos trabajando en nuevas presentaciones”, adelantó Garralda a LVM. Se espera que, con la aparición de una primera víctima, otros ex alumnos que hayan pasado por el mismo calvario también se animen a denunciar.

Chacal del confesionario

Según la recolección de testimonios que enumera Prensa Obrera, el sacerdote ahora denunciado en la Justicia era una especie de chacal del confesionario.

El ámbito de acción que se repite en los testimonios es el momento de la confesión a la que se sometían semanalmente los alumnos del colegio religioso San Vicente de Paul.

En un fragmento de la denuncia publicada ayer por el diario Primera Edición, se destaca un párrafo de la víctima: “Me confesaba con el padre Sidders en la escuela, me empezó a preguntar si había visto alguna vez a mis papás tener relaciones sexuales, si había visto a mi papá desnudo, si sabía lo que era un pene (…)”.

La mujer continúo con su relato: “A los 12, cuando estaba en sexto grado, esta situación empeoró. Me empezó a acosar peor durante las confesiones, me preguntaba si sabía masturbarme y yo le decía que no. Entonces me explicó con sus dedos, sin tocarme, cómo tenía que hacer. Me sugirió que lo hiciera pensando en él y que en la próxima confesión le contara cómo me había sentido”.

Silencio santo

Mientras la abogada Pía Garralda adelantó que pedirá que inmediatamente se separe de los asuntos públicos al sacerdote denunciado por abuso, se desconoce el rol exacto que cumple Sidders en tierras misioneras.

Algunos medios sostienen que el acusado es el secretario del obispo Baisi, a quien conoce hace muchos años y con quien mantiene una relación de profunda confianza.

Ante la recurrente consulta de medios y periodistas de Puerto Iguazú al jefe de la Iglesia Católica local, este prefirió esquivar los micrófonos manteniendo hasta ahora un silencio santo que deberá romper si la Justicia avanza en una investigación para saber qué tiene que ver Sidders con la catarata de acusaciones.

DENUNCIA

DENUNCIA. La acusación formal contra Sidders, secretario del obispo de Iguazú.

CON BARBA. Sidders en su ciclo televiso en sus años en La Plata.

SIN BARBA. La imagen del religioso comenzó a viralizarse luego de las denuncias.

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Viuda de Guirula tras el fallo: “Pensé que ya no íbamos a tener justicia”

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La última audiencia del juicio por la muerte de Carlos Guirula, marcada por la última palabra de los acusados y la sentencia, fue seguida de cerca por la familia de víctima, principalmente de su esposa, sus hijos y su hermana, quienes destacaron el fallo como “el cierre” de una dolorosa etapa que duró once años.

“En general conforme, pero más que nada por mis hijos. Para ellos es importante tener un cierre, saber que se hizo un poco de justicia después de tantos años. Ellos hoy son chicos felices, libres de toda bronca, porque así lo quise yo, de protegerlos todos estos años”, expresó Nora Acosta, viuda de Guirula, en conversación con La Voz de Misiones en los pasillos del Tribunal Penal Dos de Posadas, antes de salir al encuentro de sus hijos, que la esperaban con un abrazo grupo fuera del recinto.

Hijos y más familiares de Guirula a los abrazos fuera del tribunal.

Yo pensé que ya no íbamos a tener justicia, que esto ya no salía. Pero esto es un cierre para ellos. Ahora veremos qué hacemos y cómo seguimos, pero lo bueno es que no quedó en vano”, añadió.

Para Nora los pedidos de disculpa de los acusados no fueron del todo sinceros, mucho menos suficientes. “Esperar once años para solo decir ‘lo sentimos’”, apuntó y agregó que “solo me llegó la palabra de Da Silva, a él si lo sentí muy sincero”.

Si bien se mostró conforme con el fallo, admitió que le hubiese gustado una pena más alta para los otros imputados. “Nuestro día del padre es ir al cementerio hace once años. Es dolorosísimo, pero repito: es bueno saber que esto no quedó en vano”.

“Clemencia” y “disculpas”: la palabra de los condenados por el caso Guirula

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“Clemencia” y “disculpas”: la palabra de los condenados por el caso Guirula

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Más de once años pasaron del día en que el albañil Carlos Raúl Guirula (34) fue a un motel de Posadas y tras unos disturbios acabó muerto, con un edema cerebral, nueve costillas rotas y un pulmón perforado. La Justicia hoy determinó que ese desenlace mortal fue consecuencia de los pisotones y las patadas de los borceguíes policiales que calzaban Lourdes Beatriz Tabarez (42) y Ricardo Rafael Escobar (42), quienes recibieron una pena de prisión de perpetua por el delito de “tortura agravada seguida de muerte”.

La sentencia fue impartida por el Tribunal Penal de Dos de Posadas, que además condenó a 4 años de prisión por omisión a los ex policías Lucas Nahuel Saravia Allosa (37) y Carlos Alberto Da Silva (34) y absolvió por el beneficio de la duda del mismo delito a los también ex uniformados y Carlos Alberto Zidorak (37) y Claudio Marcelo Servián. Los cuatro quedaron en libertad apenas culminó la lectura del fallo. 

Previo al veredicto, todos ellos hicieron uso de sus últimas palabras y la primera en hablar fue Tabarez, quien pidió disculpas a la familia de la víctima y solicitó clemencia al tribunal.

Tabarez se había mantenido en silencio durante las diez audiencias previas que se desarrollaron en el marco del debate oral. Soportó las incriminaciones de sus consortes de causa y aguantó las acusaciones del fiscal Vladimir Glinka, que en su alegato la señaló como quien pisó la cabeza y pateó en las costillas a Guirula estando esposado en el suelo del motel.

Esta mañana, en su última oportunidad para hablar, hizo uso de su derecho. “Esto fue una tragedia y pido disculpas a toda la familia. No va a volver a la vida su hijo, no va a volver a la vida nadie, tampoco nosotros. Todos tenemos una familia atrás nuestro. Mi corazón se va a salir del pecho porque entre hoy y mañana va a volver a cambiar nuestras vidas para peor, si así lo decide la Justicia”, comenzó.

Luego hizo un breve repaso de su vida, describiendo que tiene una hija, que es la mayor de siete hermanos y que proviene de una familia humilde, con padre albañil y madre ama de casa, que le “inculcó valores y buenas costumbres”.

“Las palabras de mi papá me resuenan en la cabeza: Lourdes sos el ejemplo y el espejo de tus hermanos. Pido clemencia, pido justicia por mí, por mi familia, por cada uno de nosotros. Se nos dio esta comisión y yo simplemente fui a cumplir mi trabajo. La situación que se dio fue una tragedia para todos”, lanzó antes de volver a su lugar, apoderada por las lágrimas.

En segundo término habló Escobar, a quien el fiscal acusó de dar patadas, pisar e “ir saltando” sobre la espalda de Guirula durante el traslado del detenido desde el motel hacia la comisaría Decimotercera, donde llegó muerto.

Quería pedir disculpa a los familiares, quiero que sepan nosotros nunca tuvimos esa intención. Pido disculpas, sé lo que es perder un hijo. Nunca tuve antecedentes de ser agresivo, ni de golpear a nadie. Espero que esto nos de tranquilidad a todos, ya sea para bien o para mal, así lo decida el Tribunal. Que sea lo justo para todos. Que se termine todo y podamos estar en paz”, resumió.

Ricardo Escobar pidió disculpas en sus últimas palabras. Más tarde fue condenado a prisión perpetua.

Más disculpas

En mismo sentido se expresó Allosa, quien enfrentaba un pedido de 7 años de prisión por “vejaciones” y “omisión”, aunque finalmente recibió 4 y como estuvo ese mismo plazo privado de su libertad en prisión preventiva esquivó un segundo paso por la cárcel.

“Pido disculpas a la familia, yo sé que fue un sufrimiento para ellos estos once años. Para nosotros también y para nuestras familias. Estuvimos pendiente todos estos años para tratar de que esto se resuelva. Ha llegado el día. Si esa noche podía haber hecho algo más, lo siento por no haberlo hecho”, fueron sus palabras.

El siguiente fue Zidorak, que resultó absuelto. “Es un hecho lamentable lo que ha ocurrido. Son muchos años esperando. Obviamente nadie pensó lo que iba a pasar. Pedir disculpas a la familia”, había expresado antes del veredicto.

Servian, que también fue absuelto, expresó el mismo sentimiento. “Desde lo más profundo del corazón, mío y de todos, estamos arrepentidos de lo que pasó. Obviamente no va a devolver la vida, pero nosotros también somos conscientes de lo que pasó y que cada uno reciba lo que le corresponde, por su participación y su responsabilidad. Que se haga justicia”.

Allosa fue condenado a 4 años de prisión pero quedó libre por el tiempo que ya estuvo con preventiva.

El último en hablar fue Da Silva, uno de los primeros en declarar y señalar tanto a Tabarez como a Escobar por las agresiones contra la víctima, testimonio que fue valorado como prueba importante por la fiscalía.

“Realmente fue un hecho lamentable. Quiero pedir perdón de corazón a la familia, sé que hay una madre que se quedó sin un hijo, una hermana sin hermano, un niño sin padre. Realmente nos sentimos muy apenados por esa tragedia. Lamento no haber hecho más. Sé que no vamos a traer a la vida al señor Guirula, pero se puede hacer justicia. Creo que quedó demasiado claro lo que pasó esa noche y que tenemos ciertos grados de responsabilidades. Que se haga justicia”, pidió.

El tribunal presidido por Gregorio Busse e integrado por Fernando Verón y Miguel Mattos luego pasó a deliberar y tras más de una hora en reunión secreta regresaron con el fallo que condenó a dos ex policías a la pena de prisión perpetua, el equivalente a 35 años de encierro efectivo. 

Servian -a la izquierda- y Zidorak -en el centro- fueron absueltos.

 

Tabarez y Escobar fueron condenados a prisión perpetua por el caso Guirula

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Hallaron cadáver con una bolsa en la cabeza flotando en el río Paraná

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En las últimas horas fue hallado el cuerpo sin vida de un hombre, en avanzado estado de descomposición, flotando en el kilómetro fluvial 1880 del río Paraná, a unos 100 metros de la costa argentina, en jurisdicción de Puerto Libertad. 

El hallazgo fue advertido en la tarde de hoy por la Prefectura Naval, que de inmediato dio aviso a la Policía de Misiones.

De acuerdo a los primeros informes del personal actuante, el cuerpo se encontraba desnudo y con una bolsa colocada en la cabeza, lo que motivó la intervención urgente de la Policía Científica y del médico policial de turno, quien solicitó la correspondiente autopsia para determinar las causas del deceso.

Asimismo, por disposición del Juzgado de Instrucción Tres de Iguazú, la Policía de Misiones inició compulsas con fuerzas de seguridad de Brasil y Paraguay para verificar registros recientes de personas desaparecidas en ambos países, con el fin de avanzar en la identificación de la víctima. 

Hallaron el cuerpo del joven que desapareció en el río Paraná en Capioví 

 

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