Policiales
Abusos en Itaembé Miní: “Somos 15 las víctimas y si sale nos va a matar”
A un día de la marcha que se realizará en Itaembé Miní en reclamo de justicia por el caso de un hombre acusado de violar a siete sobrinas, una de las denunciantes habló con La Voz de Misiones, relató el horror que sufrieron sus familiares y aseguró que “en total somos 15 las víctimas”.
La joven, actualmente de 29 años, es una de las primeras víctimas del albañil denunciado, aunque afirmó que “lo que me pasó a mí es mínimo al lado del horror que pasaron mis hermanitas y mis primas, por eso no voy a descansar hasta que se haga justicia”.
En esa lucha por justicia, la muchacha organizó una movilización que se llevará adelante mañana, a partir de las 17, en Itaembé Miní, y adelantó que se constituirá en querellante particular en el complejo e incipiente expediente que se tramita en el Juzgado de Instrucción Uno de Posadas, a cargo del magistrado Marcelo Cardozo.
La joven está dispuesta a todo, incluso no teme que se conozca su identidad, aunque LVM de igual manera mantendrá en reserva datos sensibles. “Yo me muestro, no tengo problemas en que figure mi nombre, yo vergüenza no tengo porque el delito no lo cometí yo y voy a seguir hasta donde sea para que se haga justicia contra este depravado que hace 20 años comete abusos”, señaló.
La trama de horror
En una extensa charla, la mujer relató que la historia de abusos por parte del acusado, identificado como Ramón D., de 51 años, comenzó hace aproximadamente dos décadas.
La denunciante recordó que cuando ella tenía 9 años fue manoseada por su tío, pero ante el miedo y la falta de contención nunca pudo romper el silencio para contar lo sufrido.
“Yo pensé que eso me hizo sólo a mí porque él estaba borracho y que era mi culpa. Yo traté de justificarlo y no hablé. Le conté a mi tía, pero ella me dijo que era mi culpa por cómo yo me vestía, con 9 años, entonces nunca más hablé”, recordó.
Fue en esa instancia que la mujer indicó que “lo mío es algo mínimo al lado del horror que sufrieron mis hermanitas y mis primas”, aunque admitió que durante mucho tiempo creyó que ella había sido la única víctima. Lo mismo pensaron las demás chicas, pero lo cierto es que todas estaban atravesando lo mismo y se aguantaban en silencio porque, en medio de las condiciones de coerción generadas por el abusador, estaban convencidas de que se protegían entre sí.
“Nosotros somos súper unidas con nuestra madre, pero de igual manera no podíamos hablar porque teníamos miedo. La amenaza de él era de que si no nos dejábamos él iba a ir por la más chica. Así todas nos entregábamos, porque esa es la maldita palabra correcta, nos entregábamos para cuidar a la más chica. Así, dentro de toda esta desgracia, pudimos salvar a las más chiquita, a la de 10 años”, relató crudamente.
La denunciante expresó que todo explotó hace pocas semanas, en medio de una charla entre hermanas que derivó en una discusión y en ese momento de rabia una de ellas contó que había sido violada por su tío en reiteradas ocasiones. Allí todas se dieron cuenta que en algún momento de sus vidas sufrieron lo mismo, algunas incluso hasta hace muy poco.
Y recordó: “Automáticamente fuimos a la comisaría de la mujer y lo denunciamos. Al otro día, mientras esperábamos la orden de detención, el abusador vino a nuestra casa, vino a buscar a la más chiquita, como si nada. Nosotras actuamos normal, le seguimos la corriente, le invité una cerveza y llamé al 911. Ahí lo detuvieron y después mis primas contaron que también sufrían o sufrieron lo mismo. Los últimos hechos fueron el 23 de diciembre”.
Hasta el momento, el albañil apuntado tiene un total de siete denuncias en su contra, pero el número podría aumentar.
“Somos 7 las que nos animamos a denunciar, pero en total somos 15 las víctimas. Todas somos sobrinas de él, pero tenemos conocimiento que tres de ellas no son parientes”, contó la mujer.
Causa y marcha
El caso que conmociona a Itaembé Miní se conoció este mes, cuando se radicaron las primeras tres denuncias que luego ascendieron a siete y podrían ser más. Todas las denunciantes son sobrinas del acusado. Algunas ya son mayores de edad, pero otras son niñas y adolescentes de entre 12 y 16 años.
El acusado está detenido desde el 13 de enero e imputado por delitos contra la integridad sexual. Actualmente, está alojado en una celda de la comisaría de Itaembé Miní y hasta allí avanzará la movilización organizada para mañana a la tarde.
“Nos vamos a concentrar frente a la comisaría donde está detenido para que él escuche el nombre de cada víctima y que sepa que no le tenemos miedo. Para nosotros eso es importante demostrarle eso, que ya no estamos solas e indefensas”, sostuvo la mayor de las denunciantes.
El otro objetivo de la movilización es exigir que el hombre no sea liberado y por eso la semana que viene también planean reproducir la manifestación frente al juzgado. “Hasta ahora estoy satisfecha con la investigación, pero me preocupa que lo puedan llegar a liberar. Si él sale, nos va a matar”, clamó.
Por último, reflexionó sobre la situación y su testimonio grafica cómo los contextos de contención ayudan a romper el manto de silencio en el que muchas víctimas están inmersas.
“Yo no tuve el valor de contar todo cuando era una niña, no tuve el valor de contar todo cuando cumplí 18 años. Tuve el valor de contar todo ahora porque somos muchas. La víctima siempre tiene miedo de que no le crean, de que cómo es un miembro de la familia pensamos que no puede ser posible, pero lastimosamente vivimos en una sociedad que todavía tiene pensamientos arcaicos”.
Judiciales
Fundamentos de la condena a docentes: “Los derechos no son absolutos”
La magistrada Marcela Alejandra Leiva fundamentó la condena impartida contra los docentes y dirigentes sindicales Mónica Gurina y Leandro Sánchez en dos pilares centrales: el rol “de conducción y representación” que atribuyó a los imputados en la protesta y en la premisa de que “ningún derecho es absoluto”.
En su escrito, de 87 fojas, la jueza Correccional y de Menores Uno de Posadas, encargada de presidir el tribunal unipersonal que llevó adelante el juicio oral contra los docentes, consideró, en primera instancia, que “ambos imputados ejercían funciones orgánicas de representación y vocería institucional en el conflicto, invocando expresamente la representación colectiva y actuando como autoridades máximas de sus respectivas organizaciones”.
Para arribar a esa afirmación se apoyó en las actas de notificación y en las declaraciones efectuadas por los agentes policiales que intervinieron durante los días comprendidos entre el 1 y el 4 de junio del año pasado para comunicar las órdenes judiciales de despejar el acampe docente montado sobre la avenida Uruguay como medida de protesta para exigir mejoras salariales.
“Gurina y Sánchez no sólo eran parte de la protesta sino que asumían roles de conducción y representación, lo que explica porque el personal policial y los propios manifestantes indicaron a ellos como referentes, cuya presencia resultaba determinante para la toma de decisiones en el lugar de los hechos”, expuso entre sus argumentos Leiva.
La jueza desestimó los argumentos defensivos que insistían en el hecho de que todas las decisiones tomadas en el marco de la protesta era de carácter “asambleario” y entendió que “pues aun dentro de un esquema de decisiones colectivas, ambos (por Gurina y Sánchez) aparecían como figuras representativas y funcionales para la comunicación con autoridades y para la toma de definiciones”.

Gurina y Sánchez recibieron 10 meses y 8 meses de prisión en suspenso, respectivamente.
En ese marco, consideró acreditado que ambos docentes enjuiciados cometieron de manera deliberada el delito de “desobediencia judicial” al no atender las órdenes de despejar la calle, lo cual vino aparejado con la interrupción del tránsito y el consecuente “entorpecimiento del normal funcionamiento del transporte”, que era la segunda figura penal achacada a los imputados.
Al respecto, expuso Leiva: “Las conductas desplegadas excedieron los límites razonables que la Constitución Nacional y los tratados de derechos humanos reconocen a la huelga, la protesta o la libertad de expresión, configurando una afectación inadmisible a bienes jurídicos de terceros y al orden público”.
Y argumentó: “El derecho a la protesta, como manifestación de derechos humanos de participación, no puede convertirse en un ámbito de inmunidad para la producción de resultados lesivos, tales como la obstrucción deliberada del tránsito o la desobediencia a una orden judicial válida, contravendría el núcleo estructural del propio sistema de derechos humanos, que exige compatibilizar su ejercicio con la protección simultánea de la libertad, la seguridad y la dignidad de las demás personas”.
En cuanto a lo planteado por el abogado defensor Eduardo Paredes, de aplicar en forma subsidiaria a la absolución el estado de necesidad justificante o del estado de necesidad exculpante, la jueza subrayó: “No se configura aquí un conflicto legítimo entre derechos fundamentales que permita justificar la conducta, toda vez que la huelga no comprende la facultad de impedir la circulación pública por vías de hecho ni de afectar el normal desenvolvimiento de la comunidad, encontrando límites infranqueables cuando lesiona derechos de terceros ajenos a la medida. La protesta o huelga no constituye causa de justificación de delitos ni excluye la antijuridicidad de conductas que lesionan directamente bienes jurídicos de terceros. La doctrina penal ha sido clara en este punto”.
La jueza también citó jurisprudencia y mencionó el caso de Estela del Valle Juárez, docente y secretaria general de la Regional Suroeste de la Asociación de Trabajadores de la Educación del Chubut (ATECh), que participó en cortes de rutas por un conflicto salarial que estalló en su provincia en 2019 y cuya condena a tres meses de prisión en suspenso por “entorpecimiento del transporte” fue ratificada por la Corte Suprema en abril de este año.
A partir de la presentación de estos fundamentos, el equipo legal que defiende a los docentes tiene un plazo de diez para presentar una recurso de casación, lo cual es prácticamente un hecho ya que a apenas conocida la sentencia del miércoles pasado adelantaron que “apelaremos el fallo y de ser necesario insistiremos hasta llevar el caso a la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN)”.
El fallo dictado por la jueza Leiva dispone 10 meses de prisión en suspenso para Mónica Gurina y 8 meses de prisión en suspenso para Leandro Sánchez, además de 8 horas mensuales de tareas comunitarias.

En las escalinatas del Palacio de Justicia los docentes volvieron a recibir el acompañamiento y el apoyo de sus compañeros.
Acampe docente: condenan a Gurina y Sánchez por desobediencia y corte de calle
Judiciales
Desestiman otra autoincriminación en el caso Schoenfisch y pasan a los alegatos
Tal como lo hizo un mes atrás, el ex intendente de Santiago de Liniers, Arnoldo Schoenfisch (67) volvió a autoincriminarse ante el tribunal que juzga a su hijo Pablo (23), acusado de un ataque parricida que ocasionó la muerte de su madre Faustina Antúnez (54) y dejó ciego a su padre, quien ahora pretende responsabilizarse por el hecho para favorecer al imputado.
Es la tercera vez que insiste en la versión autoincriminatoria. Primero lo hizo con un declaración jurada vertida ante escribano público en diciembre de 2024, luego hizo lo propio en el inicio del debate oral que conducir a su hijo a una pena de prisión perpetua y lo repitió hoy.
Esta situación obligó que el comienzo del debate quede stand by hasta que sus declaraciones sean analizadas por la fiscalía de instrucción, cuyas autoridades finalmente desestimaron la versión y eso permitió que el juicio se reanude, pero Schoenfisch padre hoy volvió a declarar: “Discutimos, la maté y luego me quise suicidar”.
El magistrado Atilio León, integrante del tribunal que preside Adriana Andino y completa Javier Jourdan (subrogante), pidió “suspender definitivamente” el juicio debido “al alto riesgo para la validez del proceso” que representaba el hecho de continuar interrogando a un testigo que pedía ser imputado.
Sin embargo, por mayoría, con los votos de Andino y Jourdan, el debate prosiguió y la declaración continuó en los mismos términos, instancia en la que el fiscal Federico Rodríguez solicitó que Schoenfisch sea investigado por falso testimonio, tal como lo hizo con un hermano suyo, Rubén Schoenfisch, que incluso fue detenido al finalizar la audiencia.
Para el fiscal, el testigo continúa siendo parte de un “esquema defensivo” donde busca adjudicarse el hecho para favorecer a su hijo con un versión “imposible de acreditar”.
En ese sentido, marcó las contradicciones expuestas por Schoenfisch, que en etapa de instrucción formuló expresiones completamente diferentes a las vertidas en el juicio e incluso negó las declaraciones dadas por al menos otros tres testigos que comprometen la situación del imputado.
“Hace unos días me enteré que acá estaban diciendo que yo dije, ‘que esto hizo Pablo’. Eso es mentira. Yo nunca le mencioné a él. Hay dos o tres que dijeron eso y eso es una mentira. Lo digo francamente. La mentira tiene patas cortas. Eso me indigna”, lanzó hoy en referencia a los testimonios de Lucas Szumkoski y Miguel Ángel Szumkoski, hijos de Antúnez y hermanastros del imputado.
Schoenfisch padre también negó que a su hijo le hubieran “cortado” la entrega de dinero y el uso de vehículos como castigo a su mal comportamiento. También minimizó discusiones.
Después de su testimonio, pasaron a declarar dos licenciados en criminalística, quienes repasaron las pericias realizadas en el caso, las cuales concluyeron que los disparos que recibieron ambas víctimas fueron efectuadas a corta distancia.
El debate continuará el miércoles, a partir de las 8.30, con la ronda de alegatos. El primero en exponer será el fiscal Rodríguez, mientras que luego lo harán los abogados defensores María Laura Alvarenga y Fabián De Sá.
Juicio y versiones
Pablo Schoenfisch llega al debate privado de su libertad desde 2020 y enfrenta una acusación por los delitos de “homicidio calificado por el vínculo y por haberse cometido con alevosía agravado por la utilización de un arma de fuego”, en perjuicio de su madre, y “homicidio calificado por el vínculo y por haberse cometido con alevosía agravado por la utilización de un arma de fuego, en grado de tentativa”, contra su padre, imputación bajo la cual puede ser condenado a prisión perpetua.
La nueva versión expuesta por Arnoldo Schoenfisch, que tras el hecho quedó con ceguera, representa un abrupto giro del caso en relación a lo expuesto en el requerimiento de elevación a juicio formulada por el fiscal Edgar Francisco Doldán y firmada por el magistrado Roberto Saldaña, ex juez de Instrucción Uno de Eldorado.
La hipótesis acusatoria sostiene que en la madrugada del 14 de mayo de 2020, Pablo Schoenfisch atacó a sus padres mientras dormían, efectuándoles disparos a corta distancia. Como consecuencia del hecho, Antúnez perdió la vida y Arnoldo quedó con secuelas permanentes.
Según lo plasmado en ese documento, el acusado mantenía una relación conflictiva con sus padres, motivada por desavenencias y mal comportamiento del muchacho, cuestión que fue ratificada por varios familiares y amigos del imputado al momento de declarar como testigos en la etapa investigativa.
En el transcurso del presente debate, varios testigos ratificaron que el joven mantenía una mala relación con sus padres e incluso recordaron expresiones como deseos de matarlos.
Por ejemplo Gladis Aquino, que era empleada doméstica de la familia y ante los jueces declaró: “Un día Pablo de la nada me dice ‘qué pasaría si mato a mi papá y a mi mamá’. Yo le dije que iba a arruinar su juventud y me dijo que en cualquier momento mataba a su papá y a su mamá”.
Claudia Padilla (30), integrante de la misma familia y una de las primeras personas que intervino en auxilio de las víctimas esa madrugada, también dio un testimonio revelador: “Cuando yo entro Arnoldo estaba parado, ensangrentado. Tina (Antúnez) estaba en la cama agonizando. Salgo de la habitación y Polaco (por Arnoldo) se tocaba la cara y decía ‘no veo nada, no sé lo que pasó, Pablito hizo cagada”.
Testigos ratificaron acusaciones contra Pablo Schoenfisch por ataque parricida
Policiales
Resguardan a cuatro niños encerrados y sin comida en Villa Bonita
La Policía de Misiones asistió a cuatro niños que fueron encontrados sin alimentos y en estado de vulnerabilidad extrema en un departamento de alquiler situado sobre la calle Puerto Iguazú de Villa Bonita.
El hecho se registró hoy alrededor de las 11:30 por efectivos de la Unidad Regional II, quienes arribaron al lugar y entregaron a los menores a familiares para su resguardo y posterior intervención del área social municipal.
El operativo se realizó en conjunto con el Comando Radioeléctrico, donde fueron alertados sobre la situación. Inmediatamente, el personal de la división de emergencia urbana constató la presencia de dos niñas de 3 años, y dos niños de 2 y 4 años, quienes permanecían encerrados y sin alimentos desde el sábado por la tarde, momento en que su madre se habría ausentado del domicilio, sin datos actuales sobre su paradero.
Ante el cuadro crítico, los policías adquirieron alimentos de primera necesidad para brindar asistencia alimentaria inmediata a los menores, como así también dieron intervención al gabinete interdisciplinario policial de esa jurisdicción.
Minutos después, lograron establecer contacto con la ciudadana Mary Graciela R. (26), tía de los niños, quien se hizo presente en el lugar y manifestó desconocer la situación en la que se encontraban sus sobrinos.
Por razones de urgencia y preservación de la integridad de los menores, la fuerza procedió a la entrega de los cuatro niños a su tía para guarda y custodia responsable, hasta tanto se definan nuevas medidas del sistema de protección.
Algunos detalles
Durante las entrevistas con los moradores del barrio, los vecinos coincidieron en que la situación detectada sería presuntamente habitual, señalando que la madre los dejaría solos, encerrados y sin alimentos durante varios días, y que los niños podrían ser víctimas de maltrato sistemático cuando la progenitora se encuentra en el domicilio.
En ese contexto, se requirió la intervención del área social, interviniendo el equipo de Asistentes Sociales de la Municipalidad de Oberá, que fue activado para el abordaje del grupo familiar y el seguimiento institucional del caso.
La causa fue informada al Juzgado y organismos provinciales competentes para la continuidad de las investigaciones y el resguardo integral de los menores.
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