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Denuncia que comerciante de Posadas le quitó a sus hijos

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En una entrevista en vivo con La Voz de Misiones, Romina Torres relató las situaciones que atraviesa para recuperar a tres de sus hijos. La mujer contó que uno de sus niños, de 11 años, está bajo tutela de su abuela, mientras que una de sus nenas, de 6, y otro pequeño de 4 permanecen con la dueña de la vinoteca de Posadas Vinos & Co, Valeria Schirmann.

Torres apuntó contra las dos mujeres que, según dijo, bajo amenazas le niegan el contacto con los chicos.

La mamá de cinco pequeños recordó que todo empezó cuando ella denunció a su ex pareja, Gustavo Fleitas, por abuso sexual contra su hija mayor. El hombre, progenitor de tres de sus hijos, fue privado de su libertad en 2015 tras comprobarse los ultrajes a su hijastra.

A raíz de ello, la progenitora del acusado, y abuela de los chicos, se ofreció ayudar a la mamá con uno de ellos, debido a que Torres en ese momento estaba sin trabajo y transitando un embarazo, por lo que accedió a que la abuela del menor de 11 años lo cuide temporalmente, relató a LVM.

“Ella se ofreció a ayudarme y me dice: ‘Vos le podés ver a tu hijo cuando quieras’. Yo accedí porque en ese momento no me encontraba bien emocional ni económicamente”.

Ahora, “no lo puedo ver hace mucho tiempo. Estoy peleando por un régimen de visita y contacto con él”, contó Romina y aclaró que en un primer momento la abuela del menor le permitía verlo y tener relación.

En esa línea, la madre sostuvo que, cuando el padre de su hijo obtuvo la libertad, la abuela le comenzó a negarle el contacto con el menor: “Empezaron con las excusas, iba a verlo y me decía que estaba enfermo, que tenía un cumpleaños, y así. Ahora, hace más de un año que no lo veo”, denunció.

La dueña de la vinoteca

Valeria Schirmann, dueña de la reconocida vinoteca Vinos & Co de la capital misionera, es la segunda señalada por Romina Torres, quien la acusa de haberle quitado a dos de sus hijos “bajo engaños”, en un momento vulnerable de su vida, dijo a LVM.

De acuerdo a lo que manifestó la denunciante, a través de una mujer que se desempeña en el Servicio Penitenciario Provincial (SPP), de quien prefirió no dar el nombre, hizo el primer contacto con la dueña de la vinoteca.

“Durante el proceso de que mi expareja estaba preso, yo conozco a una chica- por la mujer que trabaja en el SPP-, ella me ayudó con donaciones, después me llevó a vivir a su casa, estuve un tiempo viviendo en su casa, cuando mi cuarta hija tenía 8 meses, por ahí”, contó.

Y continuó relatando cómo comenzó el vínculo con Schirmann: “La conozco a Valeria a través de la señora que me dio lugar en su casa. Ella se interesó en mi hija porque no puede tener hijos, entonces me pidió que quería ser la madrina. Le llevaba un fin de semana a su casa, compartía con ella, esto fue cinco años atrás”.

“Valeria le adoptó como su ahijada para ayudarme, pero nunca hablamos de que se fuera a vivir con ella”, enfatizó Romina y siguió contando: “Esta señora me fue diciendo que quería hacerse cargo de mi hija porque estaba enferma, que ella le podía costear los tratamientos, porque me dijo que mi hija tenía ataques de epilepsia, de la nada un día mi hija tenía ataques de epilepsia, cuando nunca antes le había pasado nada”, fustigó.

Ante una enfermedad y la imposibilidad de costear gastos médicos, Romina dijo que accedió a que la comerciante posadeña la ayudara con la pequeña.

“El día que se fue a vivir con ella yo me largué a llorar desconsoladamente y, en eso, la penitenciaria me dice: ‘Romi, tranquila, la beba va a estar mejor con ella porque vos no tenés los medios para cuidarle, ella necesita cuidados, es un tratamiento costoso, es caro’. Yo no iba a dejar morir a mi hija, en ese momento me agarró una desesperación”, detalló Torres.

La madre comentó que pudo ver a su hija hasta los 11 meses, ya que la comerciante posadeña le comenzó a negar verla.

“Entre pleitos y pleitos, yo paré todo ahí porque ella constantemente me amenazaba, me decía: ‘Alexa es mi hija, vos no me la vas a quitar, vos me seguís buscando y me vas a encontrar, no sabés con quién te estás metiendo’, siempre así, y paré porque le tenía miedo y no tenía los recursos económicos para recuperar a mi hija”.

La madre además sostuvo que ni siquiera pudo asistir al cumple de 1 año de su pequeña, “ni siquiera me invitó y cuando le pregunté a Valeria por qué me dijo: ‘Si te invito, cómo explico que la nena es mi hija, porque para todo el mundo es mi hija'”.

Tercer caso

Actualmente, Valeria Schirmann tiene bajo su cuidado a dos de los hijos de Romina, quien argumentó que nuevamente la dueña de la vinoteca se aprovechó de un momento vulnerable y de difícil situación económica por la que estaba pasando.

“Yo me quedé embarazada y la persona que era mi pareja en ese momento no se quiso hacer cargo”, dijo Romina sobre por qué Schirmann se acercó nuevamente y comenzó a dejarla ver a su hija que, meses antes, le prohibía acercarse.

“Durante el embarazo ella me ayudo, me fue hablando, como enredándome otra vez. Yo estaba alquilando, sola con dos nenas, y ella me decía: ‘Cómo vas a hacer ahora con Gael, él es un bebé recién nacido, vos tenés que seguir trabajando, tenés estas dos nenas, tenés que pagar el alquiler'”, contó la denunciante.

Y en esa línea agregó: “Entonces ella me propone: ‘Por qué no dejas que yo le lleve a Gael y que se crie con su hermanita, y vos podés verle cuando quieras’. Yo en ese entonces alquilaba a tres cuadras de su casa. Y ahí me dice que cuando me acomode y consiga un alquiler más grande: ‘Le llevas con vos a los dos'”.

Fue entonces cuando Romina permitió que la mujer le diera una mano con sus hijos, sin imaginarse que otra vez la historia se repetiría y le prohibiría ver a los niños, dijo a este medio la mamá.

Intervención de la Justicia

A raíz de los hechos, Torres comenzó un proceso legal para que la Justicia misionera le restituya a sus tres hijos.

La mujer consiguió que el Juzgado de Familia Tres de Posadas le devolviera la guarda de sus dos hijos, que estaban bajo el cuidado de Valeria Schirmann, pero al mismo tiempo le concedieron a la comerciante un régimen de visita y contacto por el tiempo que los niños habían vivido con ella.

“La jueza me entregó a mis hijos, pero como vivieron tiempo con ella y para no cortarle de raíz el vínculo, la jueza le dio un régimen de visita y contacto. Valeria le podía retirar de mi domicilio los días viernes a las 18 horas y entregarle el domingo a la misma hora, era un fin de semana de por medio”, contó Romina y manifestó que el primer mes la mujer cumplió con la resolución del juzgado.

Posteriormente, de acuerdo al testimonio de la denunciante, la empresaria comenzó a incumplir el régimen de visitas y otra vez le prohibió el contacto con su progenitora a los niños.

Finalmente, en septiembre del 2022, Valeria Schirmann denunció a la mamá por abusos que habrían sufrido por parte de un familiar durante el tiempo que vivieron con Torres.

Por ello, la Justicia le prohibió a la progenitora salir de la ciudad y el acercamiento a los menores, mientras se realiza una investigación en su contra.

Valeria Schirmann, dueña de la vinoteca de Posadas Vinos & Co.

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Esposa de empleado del Casino detenido: “Está preso por se dice qué”

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Esposa de empleado del Casino detenido: “Está preso por se dice qué”

En diálogo con La Voz de Misiones, Carmen Sotelo reclamó la liberación de su esposo, Héctor “Chino” Olivera, empleado del Casino Club Posadas, detenido desde el 12 de septiembre en el marco de una causa que investiga a un médico psiquiatra por presunta emisión de certificados falsos a, al menos, 25 trabajadores de la casa de apuestas.

“El apoderado del Casino Club, Matías Lupiano, hizo una ampliación de denuncia por Zoom, diciendo que, en una investigación, compañeros de Héctor lo acusaron de ser la conexión directa con el psiquiatra”, contó Carmen a LVM y apuntó: “A las dos horas apareció toda la policía en mi casa y lo detuvieron”.

Olivera era delegado del sindicato de Trabajadores de Juegos de Azar, Entretenimiento, Esparcimiento, Recreación y Afines de la República Argentina (Aleara) en el Casino Club de Posadas, con 23 años de antigüedad en la empresa, según precisó su esposa a este medio. Está acusado de ser el nexo entre los empleados de la casa de apuestas con el médico Manuel Ramón G. (70), detenido tras una denuncia que inició la compañía por emitir certificados apócrifos a su personal.

Sobre las pruebas que tendría la Justicia misionera en contra de su esposo, Carmen sostuvo: “Son tres mensajes que tienen que dicen que él -por Héctor- fue el que le dio el número de teléfono a sus compañeros”.

En esa línea, la mujer afirmó que “el doctor no lo tiene ni agendado, lo único que hay son los mensajes donde él dice que le iba a mandar unos compañeros que le pidieron su número, pero nada que lo incrimine”.

En cuanto al día de la detención del delegado sindical, Carmen señaló que cuando allanaron su domicilio “ningún policía tenía identificación” y un uniformado los “amenazó” con llamar a Infantería “si yo no habría la puerta”.

“Nos dijeron que era averiguación de antecedentes, que solo iba a estar detenido por 24 horas, secuestraron su celular y hace más de 50 días está detenido”, denunció la mujer en diálogo con LVM.

Asimismo, la esposa de Olivera expuso que desde ese día “pedimos la excarcelación, que brinden los nombres de los supuestos compañeros que lo señalaron, fui varias veces al juzgado para saber cuáles son las pruebas y no hay nada”.

“Hace una semana declaró y hasta el día de hoy no tenemos novedades”, agregó la pareja del delegado sindical del Casino Club de Posadas, que está alojado en la comisaría Séptima, ubicada en el barrio Villa Cabello. En tanto, la causa se instruye en el Juzgado de Instrucción Dos, a cargo del magistrado Juan Manuel Monte.

“Pido la excarcelación para que espere el juicio y si es realmente culpable, como dicen, habrá pruebas, pero no que lo tengan encerrado como lo tienen ahí, se me hace injusto que el representante de una empresa venga y diga, porque en la denuncia dice ‘dice qué algunos compañeros’ y por el ‘se dice qué’ él está preso hasta el día de hoy”, cerró Carmen Sotelo en entrevista con LVM.

 

 

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Comerciante denunció persecución y robos en su local de La Saladita

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Comerciante denunció persecución y robos en su local de La Saladita

En entrevista con La Voz de Misiones, José Luis Ayala, comerciante de La Saladita de Garupá, acusó de “persecución” a la administración del predio de ventas con el objetivo de “quedarse” con el local de comida que gestiona hace once años. Además, ayer radicó una denuncia por un hecho de robo que también atribuye como responsables a los encargados del lugar.

De acuerdo a lo que explicó el comerciante a LVM, semanalmente abona un canon de $100.000 por la utilización del puesto en el patio de comidas a la administración de La Saladita, a cargo de Alejandro Casares. 

Ayala relató que debió delegar su trabajo a una joven a la que dejó como responsable del comercio mientras él acompañaba a su madre por cuestiones de salud, pero continuaba encargándose de pagar la cuota semanal.

En tanto, precisó que el conflicto se desató cuando “yo quise pagar esta semana que pasó y no me aceptaron el pago”.

“En principio, el sábado le mando mensaje al señor Alejandro Casares, avisándole que le deje a la chica de seguridad el recibo, que yo pasaba a buscar y le abonaba, siempre hago así”, detalló el comerciante.

A ese mensaje, el encargado del predio de venta le contestó que pase el lunes a abonar la cuota, y luego, debido a que los responsables de gestionar el recibo no iban a estar, le indicó que acuda el día miércoles al predio.

“En ese lapso de tiempo, el día martes, yo me comunicó con la chica de seguridad y me dice ‘José Luis vení el miércoles porque te quieren ocupar el lugar’. Entonces yo el miércoles me hago presente a primera hora, entro a mi local, y resulta que el señor Francisco Casares, que es el hermano de Alejandro Casares, le hizo un contrato de locación a la chica”, señaló el comerciante.

Robo y corte de suministros

Al encontrarse con que el local que subalquila hace 11 años, “desde que abrió La Saladita”, conversó con la joven a la que había confiado para que administre el lugar en su ausencia y “ella en primer lugar se lo tomó mal, quería hacerse cargo, pero ellos le hicieron un contrato fuera de lugar”.

Por otro lado, José Luis Ayala radicó una denuncia en la Comisaría Quinta de Garupá porque en el día de ayer jueves “cuando me presento a trabajar me encuentro sin el suministro de luz y sin agua, además, entraron a mi lugar cerrado y me arrancaron la cañería, tenía $285.000 en la caja para bajar bebidas que se llevaron junto con una carpeta con todos los recibos”.

El comerciante preguntó por lo ocurrido a Alejandro Casares y a la guardia de seguridad: “Nadie me dio una explicación, hasta el día de hoy”, dijo y apuntó: “Es orden de la administración que me saquen el agua y la luz”.

También comentó que en su caso particular no cuenta con un contrato formal con la administración porque le pedían “que abone $100.000 con el contrato en blanco y $300.000 en negro”, a lo que él se negó.

Por ello, semanalmente Ayala recibe un comprobante de pago que “no tiene firma, nadie se hace cargo, ni el que agarra la plata”, acusó.

Para cerrar, el comerciante de La Saladita de Garupá reclamó: “Lo que estoy pidiendo es que por favor me devuelvan la luz y el agua para poder seguir trabajando, yo vivo de esto, hoy la situación no está como para no trabajar”.

 

 

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Vecinos molestos por estacionamiento de camiones en el barrio El Progreso

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Vecinos del barrio El Progreso de Posadas solicitaron intervención de la municipalidad ante el estacionamiento de camiones frente a sus viviendas, lo cual, aseguran “incrementó la inseguridad en la zona”.

En comunicación con La Voz de Misiones, un vecino de la zona relató que el estacionamiento de camiones frente a las casas “provoca roturas en las calles empedradas” y en algunos casos “cortan los cables de internet y alumbrado”.

Por otra parte, manifestaron con preocupación que los extensos acoplados de los camiones, que corresponderían a miembros de la comunidad gitana, estarían siendo utilizados con fines delictivos: “Los chorros se esconden en los acoplados para robar y esconder las cosas”.

Frente a esta situación, y luego de varias asambleas con miembros de la comisión barrial, la presidente local emitió notas dirigidas a la Municipalidad de Posadas, aunque lamentaron que “no obtuvimos respuestas hasta el momento” y “la problemática continúa desde hace varios meses”.

En el mismo sentido, esperan que la Dirección General de Tránsito y la Policía de Misiones “tomen cartas en el asunto”.

 

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